Lugar preparado: Yeshúa - El Refugio

lunes, 17 de mayo de 2010

Yeshúa - El Refugio

Veamos ahora el origen de la palabra en hebreo y en latín para “refugiarse.” La palabra es “lajasót” que viene de jaséh, que se escribe así: hsk. Lajasót significa, entonces, “refugiarse.” En latín “re” significa “volver” y “fugere,” “escapar”: escapar y volver al refugio, representado por la Sukáh, la Cabaña (Yeshúa) en que vivimos los días de Sukót, festividad que representa la meta de la festividad de Pésaj, que es nuestra liberación/zmán herutéinu del mundo y de Mitzráim/de nuestra inclinación al mal.

En la palabra en hebreo, jaséh/hsk la letra clave es la del medio, la Sámej (s). Por qué? Porque significa “Poder Divino, Shalóm, y uno de los nombres de Elohím, Shadái, que significa “el que da de mamar hasta que decimos “basta/dái.” La Sámej/s no tiene principio ni final, es como un círculo que comienza y termina y vuelve a comenzar. La Sámej/s simboliza que Elohím nos envuelve con su talít/Chal o manto, como dice el Salmo 91 y estamos bajo la Sukáh/la Cabaña de Sukót en los momentos de peligro, de angustia y de tranquilidad también; que estamos envueltos en Su protección total, de Sus tres Partes.

¿Por qué decimos “tres Partes”? Porque las tres rayitas de la Sámej /s significan: la Mente de Elohím (la de la derecha), el Rúaj de Elohím, la del medio, y el Cuerpo de Elohím, la de la izquierda. Así, Elohím es el centro del volver al refugio, de refugiarse. El es nuestro refugio y “nuestro auxilio en la tribulación.”

La sukáh nos resguarda del sol, el tema constante de Kohélet/Eclesiastés: “bajo el sol” Constantemente hay referencias a “bajo el sol” en Kohélet. “Nada nuevo hay bajo el sol”; “Vi todas las opresiones que se hacen bajo el sol”; “También vi bajo el sol el lugar de juicio, allí está el mal...” “No me gustó todo el trabajo que hice bajo el sol”. El estar “bajo el sol” contrasta con la Sukáh, el refugio; es decir, se contrasta el vivir en el mundo y en los peligros y trabajos del mundo contrastado con el estar dentro del refugio, dentro de la Sukáh, bajo el talít de Elohím. La meguiláh/rollo de Kohélet nos ofrece el consejo apropiado: no busques soluciones bajo el sol, donde vas a decepcionarte y a cansarte, sino que búscalas bajo la Sukáh, bajo el Talít de Elohím, donde el sejáh/el refugio cubre casi todo el sol con las ramas sobre el techo. Una cabaña endeble hecha de ramas y con sólo dos paredes es más fuerte y protectora que un castillo de piedra, porque esa sukáh es Elohím mismo, “El Shadái”, “el que da de mamar hasta que decimos basta.”

Yahweh es el que alcanza. El que toma refugio con Él, no necesita nada más. Él da, Él quita. Él rodea, como El Shadái todas las necesidades y todos los problemas. Él es y nadie es aparte de Él. El que vuelve a la Sukáh, lejos del sol, tiene shalóm y dái/suficiente. El que vive bajo su Talít, no necesita casa ni resguardo. Él nos protegerá. ¿Qué es refugiarse? Es buscar ayuda y conforto en Él”.


Salmo 142:4-5 Mira a mi diestra y observa, pues no hay quien me quiera conocer; No tengo refugio, ni hay quien cuide de mi vida. Clamé a ti, oh Yahweh; Dije: Tú eres mi esperanza, Y mi porción en la tierra de los vivientes.